Son muchas las personas que no pueden dormir. El insomnio, o también llamada agripnia, es la incapacidad para iniciar o mantener el sueño, y puede llegar a afectar a áreas de nuestra persona de manera transitoria, o crónica, según las circunstancias y su tiempo de evolución.

Se dice que un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo, y por todo ello cuidar su calidad y cantidad son importantes. El número de horas que dedica cada uno al dormir, varía de una persona a otra, aunque podríamos decir que la media general estaría entorno a siete horas y media; esto para que podamos rendir en nuestro día a día de una manera adecuada. Si tenemos alguna complicación con el sueño es importante atenderla, y escuchar cual ha podido ser la causa. Cómo está siendo la evolución de esta alteración es fundamental, porque puede comenzar a darse algún tipo de desequilibrio fisiológico, psicológico y emocional, perturbando nuestra vida y salud, de manera pasajera, manera transitaria; o puede venir esta afección para quedarse, instaurándose y cronificarse.

Dormir con calidad puede ser síntoma de buena salud. Existe una relación bidireccional entre una persona con buena salud y un sueño normal., ¿pero cuál puede ser el origen de esta interrupción de nuestro sueño, de nuestro insomnio?. Las causas pueden ser varias: internas o externas.

Estas son algunas de las consecuencias de padecer insomnio: Cansancio, irritabilidad, falta de concentración, falta de memoria, somnolencia, bajo rendimiento escolar, laboral, físico; vulnerabilidad emocional pudiendo responder con inestabilidad psicológica, afectando en nuestros cambios de humor; sensación de fatiga…. Otros efectos negativos en nuestro organismo afectando lo metabólico, son el aumento del nivel de azúcar en la sangre, también puede afectarnos haciendo que aumentemos en peso, podemos sentir una líbido baja, propensión a más depresión en comparativa a los que no padecen insomnio, envejecimiento prematuro pues el poco descanso, afecta al deterioro de la piel…

Este que se queda en “modo centinela”, nos alerta de que algo no va bien.

Hemos dicho, que el insomnio, puede afectarnos y alterar nuestro metabolismo, y puede también afectar nuestras áreas psicológicas, y sociales… pero, podemos decir también, que se da una elevada prevalencia del insomnio en enfermedades físicas y psiquiátricas. Por ejemplo: tener una enfermedad hormonal, neurológica, reumatológica, metabólica, digestiva, cardiovascular, o tener algún otro malestar que nos produzca molestia y/ o dolor también puede alterarnos el sueño. A otro nivel, más psicológico, tener ansiedad, depresión, esquizofrenia…, o vivir circunstancias estresantes… pueden también perturbar nuestro sueño y descanso.

Por todo ello, te ofrecemos un espacio para acompañarte y enfrentar juntos todas estas afecciones donde el insomnio es un actor secundario, pero a su vez factor predictivo de enfermedad si no es atendido. A través de la psicoterapia, podemos llegar al núcleo del problema que puede estar afectando tu salud y bienestar. Podemos afrontarlo desde dentro, y para ello te ofrecemos un acompañamiento profesional de esta afección que ha irrumpido en tu vida.